Un documental que remece la historia reciente de nuestro país en un ejercicio de memoria fundamental en la reconstrucción de la identidad de una sociedad y un país fracturado. En este caso es la mirada subjetiva de Carmen Castillo la que nos relata su historia como la compañera en armas y en la vida de Miguel Enriquez hasta el día de su asesinato un cinco de octubre de 1974 bajo fuerzas de la DINA en su casa ubicada en Calle Santa Fe y después en los años de la resistencia, la clandestinidad y el exilio en Francia.
Este fatídico hecho para el MIR y por lo tanto para toda la resistencia a la dictadura es el punto de partida desde donde se reconstruye la historia de los que decidieron luchar desde la clandestinidad y con las armas por la libertad de su pueblo diezmado. Siendo la organización más atacada por el régimen militar, el MIR que se había creado solo ocho años atrás el año 1965 en Concepción, fueron quienes asumieron un compromiso a fondo en esta lucha que duró diecisiete años.
En el documental se profundiza en el lado humano de esas vidas clandestinas que dejaron todo por su patria en aras de un proyecto social que no llegó con la democracia como se esperaba y que los dejó a la deriva con un MIR disuelto. Pero la ideología que los hizo resistir a pesar de ver a los compañeros morir, de haber tenido que vivir en el exilio y alejarse de los hijos en la llamada Operación Retorno, de la soledad de la clandestinidad, de las torturas que sufrieron en las frías manos de los agentes de Dina, sigue viva en los miristas que reconstruyen la historia junto a Carmen Castillo. De cierta forma uno nota en el documental un afán de parte de la directora de reconciliarse con su relación con Chile y su historia que los dejo como una suerte de vencedores vencidos que no vieron ningún beneficio cuando llegó la "alegría" con la Concertación.
En términos de contenidos el aporte que hace la directora al volver a conectarnos con nuestra historia es incalculable, pero además de esto se suma una buena factura en las dos horas y cuarenta minutos que dura el documental. La música juega un rol clave en presentar las atmósferas donde se manejan los testimonios, y donde el hilo argumental siempre vuelve a la calle Santa Fe.
Es ahí donde se revela la clave en esta historia, en esa calle del fatídico 5 de octubre es donde Manuel, un vecino del sector salvó la vida de Carmen que se desangraba en la acera producto de las heridas de las granadas, él la subió a la ambulancia a pesar de las fuerzas militares y la acompaño hasta el hospital Sótero del Río. La humanidad que encontró Carmen Castillo en Manuel así como en tantos otros que dieron una pequeña parte por dar la pelea en contra del régimen son los detalles que había nublado y que la impedían reconciliarse. Y Manuel también le cuenta que Miguel tuvo la oportunidad de escapar, que había salido de la casa en calle Santa Fe, pero volvió a entrar, volvió por ella, porque no la abandonó.
Aprovechando la Fiesta del Cine que vive por estos días nuestro país y que tenía a solo luca el cine nacional hoy y mañana el internacional es que aproveche para ver "La Vida me Mata", el primer largometraje del multifacético Sebastián Silva ya que antes de transformarse en cineasta era conocido por sus dibujos y su participación en el grupo musical CHC. En clave de blanco y negro se nos cuenta una historia que gira en torno a la muerte y lo que la rodea. En las palabras de su director, “la película vagabundea entre la emoción y la comedia, sin quedarse quieta jamás. En 90 minutos quisimos agotar el tema de la mortalidad y todas sus ramificaciones, desde el acto de matar hasta la vergüenza ajena que dan los funerales”.
Gaspar (Gabriel Díaz), el personaje principal, está sumido en una depresión desde la muerte de su hermano mayor y para enfrentar su duelo imagina que su hermano Alfredo se reencarno en Álvaro (Diego Muñoz), quien tiene una extraña fascinación con el tema de la muerte y arrastra en este vicio a Gaspar. Así comienzan una peligrosa amistad que pretende descubrir los misterios del término de la vida centrándose en el último suspiro.
Sobre las actuaciones es necesario aplaudir a Amparo Noguera que interpreta a Margarita la hermana de Gaspar, de forma magistral. El resto del elenco aportan también buenas actuaciones, especialmente Alejandro Sieveking el abuelo de Gaspar y Bélgica Castro, dos grandes actores chilenos que han visto en el último tiempo un renacer en la pantalla chica y en la pantalla grande. Por otra parte las situaciones más cargadas al humor se dan en la grabación del cortometraje del personaje de Claudia Celedón con Ramón Llao y Catalina Saavedrale añaden un ingrediente que se hace indispensable para tragarse el tema de la muerte sin inyección.
El tema de la muerte siempre ha rondado a las producciones cinematográficas y aquí el parecido al gran filme de Ingmar Bergman, "El Séptimo Sello", es innegable. Primero por el tema, segundo por la opción de usar blanco y negro (claro que Bergman no tenía alternativa); tercero por la calidad en la composición de las tomas y finalmente al incluir a un personaje que representa a la muerte y que interactúa de manera similar a como lo hacía la muerte al jugar ajedrez con Antonious Block quien no quería dejarse llevar antes de tener pruebas fehacientes sobre lo que hay más allá de la vida. Sin embargo, Silva realiza en torno al mismo tema una aproximación más cercana al humor negro sin dejar de abordar de fondo un asunto que en la mayoría de las personas provoca miedo o temor.
Estéticamente el blanco y negro, al carecer de color, necesita de una composición más elaborada y esto resalta más, en ese sentido La Vida me Mata es una propuesta que destaca por sobre muchas películas chilenas que dejan un tanto de lado la composición de las tomas y optan por encuadres clásicos en vez de experimentar. Los efectos visuales están integrados de forma armónica con la filmación y además se utilizan recursos que se ven más en videos musicales, como la escena donde se hunde en la cama y llega por arriba.
Bueno, no me queda más que aplaudir la obra prima de Sebastián Silva y esperar que se sigan haciendo películas así en nuestro país, totalmente recomendada y hay que aprovechar la Fiesta del Cine que por estos días nos permiten disfrutar el cine a luca! ahora mismo salgo a ver otra antes que me peguen con un palo en la cabeza el resto del año.
Partiendo vamos a tirar la propaganda altiro, hoy y mañana queda tiempo para ir al primero FEstival de Cine Psicoactivo en el Cine Arte Alameda, esa onda, para saber la programación métanse al sitio de hollyweed. Películas, documentales, mediomentales, cortos y etcéteras que tratan el tema de las drogas desde distintos ángulos. Ojo que hay funciones donde dan varios cortos, o donde dan un corto seguido de una peli por el mismo precio, 2.500 pailones y 1.900 estudiantes.
Yo fui el primer día a la función de las 21, obviamente que para asistir a un evento de estas características es necesario juntarse un poco antes a realizar la previa con los amigos o con quien se asista, para esto existe un parque bien piola muy cerca del cine, hay que cruzar la alameda y también el bodrio de monumento de los pacos (un sarcástico 11 gigante), imperdible, claro que hay que seguir hasta el parque porque allí está el edificio de pacos, iglesia de pacos, y fumar en la vía pública no es, como podría decirse, LEGAL. Luego de soltar los humos correspondientes con los contertulios partimos volando al lugar de tan magno acontecimiento.
En el hall (sí, suena siútico) del Centro Arte Alameda encontramos una feria con distintos productos cannabicos, están los vaporizadores (para fumar sin humo, puro vapor), bongs, pipas, fertilizantes, revista cañamo y demases que fueron, literalmente, la antesala a la función de las 21 donde mostrarían el corto Gattoon 2DX y Quarta B. Los cuales criticaré a continuazione.
Con un público en las nubes empezó el corto, piola, un tipo va mirando unos grafitis hasta que encuentra uno que lo hipnotiza y de pronto el dibujo se lo traga a una dimensión extrañísima y psicodélica, allí se come las callampitas del mundo de Mario y al igual que Alicia en el país de las maravillas se come una Amanita Muscaria profundizando este trip visual muy loco.
Con una sobrecarga de música electrónica y de imágenes llenas de colores y movimiento utilizando distintas técnicas mixtas como el dibujo o los oleos y también fractales que para alguien en estado psicoactivo le producen sensaciones aumentadas y en verdad son bastante agradables. Un viaje agitadísimo pero que sin embargo deja con cierto gusto a poco ya que el viaje no conecta tanto como uno quisiera y uno solo atina a pensar: la volaíta! y dejarse llevar por las imágenes sin reflexionar más allá.
Después de una pausa que se extendió lo suficiente como para dar pie a la gula del público empezó el plato fuerte de la función: Quarta B, o en castellanísimo Cuarto B, una volada chistosa.
La película en términos simples trata sobre una reunión de apoderados citada de emergencia por el hallazgo en la sala de clases del 4°B una apetitosa bolsa de maconha (marihuana, cogollos, cannabis, o como le llame usted), por lo que el director con la profesora jefe citan a los padres para encontrar al dueño de la hierba. Este argumento tan simple da lugar a un sinnúmero de discusiones, debates, improperios, especulaciones, etc, hasta que se les ocurre probar la maconha para poder entender mejor la situación y hablar de esto con sus hijos.
Esta parte es lejos la mejor de la película, porque cuando se prende el caño (pito, cuete, cigarrillo de marihuana) yo me sentí como en uno de estos cines con olor que nunca prosperaron porque el olor se sintió de inmediato y también llegaron las carcajadas al ver a los padres de los hijos con muy diferentes personalidades fumando y pasando el pito al siguiente. Destaca el más viejo de todos los apoderados que se echa para atrás en la silla y aguanta el humo con elegancia, también estaban los fumadores avezados que tenían sus mañas para fumar y el conserje que le pasaron la cola llegándose a quemar los dedos.
La película sigue su curso como lo haría cualquier reunión donde todos están volados, empiezan a divagar y divagar y divagar y cada cual con su volada, algunos pegados, otros imaginando unas alucinaciones cuáticas, hay por ejemplo una escena de la paranoia de una de las fumadoras qe está muy bien lograda, ya que transmite el sentimiento de angustia al que está sentado en la butaca, en otras palabras, te recagai de susto. En esto influye un buen uso de la cámara sin trípode, con mucho movimiento y metida en el medio de la acción como un personaje más en la escena. Esta escena da para especulaciones, especialmente si estás volado, por mi parte pensé que quizás habían llegado los pacos de verdad a la filmación a cagar la fumadera que tenían armada los apoderados ya que la policía increpaba directamente al camarógrafo. Sin importar cuál fue la intención del director, el cambio de ritmo y la idea de incluir a la cámara como un personaje de un momento a otro me parecieron de una creatividad notable.
Después la película entra en un terreno pantanoso quebrando el orden cronológico y volviendo atrás para ver la perspectiva de otros personajes, esto es una buena idea pero está mal implementada. Digo esto porque solo da pie para la confusión y porque si ya llevamos 50 minutos viendo una historia en orden cronológico y llegan a desordenártela en la onda de Memento, uno colapsa. Podría haber estado mejor el uso del tiempo en la película, pero esto no le quita méritos demuestra que con una buena idea se puede hacer una película con pocos recursos: con un solo ambiente (la sala de clases), una cámara, unos 12 personajes bien construidos, cigarros de marihuana y un buen argumento son más que suficientes para tener un buen resultado.
Muchas risas que disminuyen hacia el final, y hay que destacar que el ejemplo que da la película con respecto a la marihuana y otros temas como la discriminación de género están bien encaminados. Es decir, que los padres no tengan temas intocables con sus hijos, que conversen con ellos sobre cada uno de las experiencias de la vida libre de prejuicios, incluida la marihuana y la sexualidad, y que para hacer esto quizás lo mejor sea fumarse un pito con los hijos para saber que tanto daño puede realmente hacerle o quizás decir que no, pero con argumentos.
A fin de cuentas, una excelente salida al cine, totalmente recomendada no para las mismas películas que ya no las dan más!, pero hay otras! no es de preocuparse, solo vean el programa, y si leen muy tarde esto... bueno podrán estar atentos a los dvds, o lo que sea.
"El Utimátum de Bourne" llega para concluir lo comenzado por "El Caso Bourne" y continuada por "El Mito de Bourne" y que puede considerarse como la mejor saga de acción de los últimos años y la más inteligente desde Matrix. Resumiendo la historia para aquellos que no están familiarizados con la trilogía, Jason Bourne es un superagente que pierde la memoria y despierta con un montón de gente queriéndolo asesinar y él, no sabe porque. A medida que descubre secretos empieza a recuperar la memoria y sus impresionantes habilidades lo ayudan a sortear todos los peligros y ponerse un paso por delante de la Agencia que lo busca para matarlo y que es la misma que lo creo. Por cierto, esta agencia tiene muchos otros agentes super como Bourne (aunque nunca taan pulentos) y el sistema es re simple, les llega un mensaje con una foto y estos agentes repartidos por el globo parten y asesinan sin preguntar motivos. Lindo, bonito y totalmente desquiciado, esta quizás sea la razón por la cual Bourne abandonó el lado oscuro de la fuerza y ahora quiere descubrir toda la verdad o vengarse de quienes sea necesario.
En esta entrega pasa más de lo mismo, la persecusión empieza desde el comienzo y no para el ritmo hasta que Bourne termina de armar el puzzle y recobrar la memoria descubriendo el "gran" secreto que supuestamente justifica este entuerto. El problema es que el descubrimiento no es TAN grande y quizás uno piensa que podrían haber hecho solo dos películas para contar esta historia. Sin embargo, es una digna conclusión que no decepcionará a los seguidores de la trilogía Bourne y que tiene muchos méritos por la dirección de Paul Greengrass.
En ese sentido, Greengrass realiza un gran trabajo al lograr sacar una saga de acción que destaca por sobre las megaproducciones vacías de contenido y de originalidad que envenenan nuestras carteleras. Es que además de tener un guión decente presenta un estilo visual propio que consiste en acción frenética con movimientos y cambios de cámara acelerados para mantener al espectador pegado al asiento.
Las peleas también se volvieron una característica de estas películas con grandiosas coreografías, destaca la pelea en las calles de Tánger con superagentes buenos para pegarse con el primer objeto que encuentren, ya sea un cepillo de dientes, un gato o lo que sea, además son durísimos, se cortan, caen, quiebran, explotan y siguen como si nada. Esto es algo que no cae muy bien, especialmente por nuestro personaje principal que tiene la resistencia del clásico duro de matar John McClane pero quitado de humor y al parecer emociones, Bourne atraviesa por difíciles momentos y sin embargo el personaje es frío e impenetrable. Sin embargo, Matt Damon demuestra con estas tres películas que tiene pasta para ser una buena opción en papeles de acción inteligentes como este, no es su culpa que el personaje sea un freezer asesino con remordimientos.
Resumiendo, la entretención está garantizada, pero si no han visto las otras entregas quizás se queden colgados en algunos detalles, aunque nada muy importante. Si no les gustan las películas de acción o llegar a ponerse nerviosos por el ritmo acelerado del film entonces hay un montón de opciones más quitadas de revoluciones.
Dirección: PAUL GREENGRASS Guión: TONY GILROY, TOM STOPPARD, SCOTT BURNS Y PAUL ATTANASIO; basado en la novela de ROBERT LUDLUM Interpretes: MATT DAMON, JULIA STILES, JOAN ALLEN, DAVID STRATHAIRN, PADDY CONSIDINE Producción: FRANK MARSHALL, PATRICK CROWLEY Y PAUL L. SANDBERG Montaje: CHRISTOPHER ROUSE Fotografía: OLIVER WOOD Música: JOHN POWELL Duración: 111 MINUTOS