"El Utimátum de Bourne" llega para concluir lo comenzado por "El Caso Bourne" y continuada por "El Mito de Bourne" y que puede considerarse como la mejor saga de acción de los últimos años y la más inteligente desde Matrix. Resumiendo la historia para aquellos que no están familiarizados con la trilogía, Jason Bourne es un superagente que pierde la memoria y despierta con un montón de gente queriéndolo asesinar y él, no sabe porque. A medida que descubre secretos empieza a recuperar la memoria y sus impresionantes habilidades lo ayudan a sortear todos los peligros y ponerse un paso por delante de la Agencia que lo busca para matarlo y que es la misma que lo creo. Por cierto, esta agencia tiene muchos otros agentes super como Bourne (aunque nunca taan pulentos) y el sistema es re simple, les llega un mensaje con una foto y estos agentes repartidos por el globo parten y asesinan sin preguntar motivos. Lindo, bonito y totalmente desquiciado, esta quizás sea la razón por la cual Bourne abandonó el lado oscuro de la fuerza y ahora quiere descubrir toda la verdad o vengarse de quienes sea necesario.
En esta entrega pasa más de lo mismo, la persecusión empieza desde el comienzo y no para el ritmo hasta que Bourne termina de armar el puzzle y recobrar la memoria descubriendo el "gran" secreto que supuestamente justifica este entuerto. El problema es que el descubrimiento no es TAN grande y quizás uno piensa que podrían haber hecho solo dos películas para contar esta historia. Sin embargo, es una digna conclusión que no decepcionará a los seguidores de la trilogía Bourne y que tiene muchos méritos por la dirección de Paul Greengrass.
En ese sentido, Greengrass realiza un gran trabajo al lograr sacar una saga de acción que destaca por sobre las megaproducciones vacías de contenido y de originalidad que envenenan nuestras carteleras. Es que además de tener un guión decente presenta un estilo visual propio que consiste en acción frenética con movimientos y cambios de cámara acelerados para mantener al espectador pegado al asiento.
Las peleas también se volvieron una característica de estas películas con grandiosas coreografías, destaca la pelea en las calles de Tánger con superagentes buenos para pegarse con el primer objeto que encuentren, ya sea un cepillo de dientes, un gato o lo que sea, además son durísimos, se cortan, caen, quiebran, explotan y siguen como si nada. Esto es algo que no cae muy bien, especialmente por nuestro personaje principal que tiene la resistencia del clásico duro de matar John McClane pero quitado de humor y al parecer emociones, Bourne atraviesa por difíciles momentos y sin embargo el personaje es frío e impenetrable. Sin embargo, Matt Damon demuestra con estas tres películas que tiene pasta para ser una buena opción en papeles de acción inteligentes como este, no es su culpa que el personaje sea un freezer asesino con remordimientos.
Resumiendo, la entretención está garantizada, pero si no han visto las otras entregas quizás se queden colgados en algunos detalles, aunque nada muy importante. Si no les gustan las películas de acción o llegar a ponerse nerviosos por el ritmo acelerado del film entonces hay un montón de opciones más quitadas de revoluciones.
En esta entrega pasa más de lo mismo, la persecusión empieza desde el comienzo y no para el ritmo hasta que Bourne termina de armar el puzzle y recobrar la memoria descubriendo el "gran" secreto que supuestamente justifica este entuerto. El problema es que el descubrimiento no es TAN grande y quizás uno piensa que podrían haber hecho solo dos películas para contar esta historia. Sin embargo, es una digna conclusión que no decepcionará a los seguidores de la trilogía Bourne y que tiene muchos méritos por la dirección de Paul Greengrass.
En ese sentido, Greengrass realiza un gran trabajo al lograr sacar una saga de acción que destaca por sobre las megaproducciones vacías de contenido y de originalidad que envenenan nuestras carteleras. Es que además de tener un guión decente presenta un estilo visual propio que consiste en acción frenética con movimientos y cambios de cámara acelerados para mantener al espectador pegado al asiento.
Las peleas también se volvieron una característica de estas películas con grandiosas coreografías, destaca la pelea en las calles de Tánger con superagentes buenos para pegarse con el primer objeto que encuentren, ya sea un cepillo de dientes, un gato o lo que sea, además son durísimos, se cortan, caen, quiebran, explotan y siguen como si nada. Esto es algo que no cae muy bien, especialmente por nuestro personaje principal que tiene la resistencia del clásico duro de matar John McClane pero quitado de humor y al parecer emociones, Bourne atraviesa por difíciles momentos y sin embargo el personaje es frío e impenetrable. Sin embargo, Matt Damon demuestra con estas tres películas que tiene pasta para ser una buena opción en papeles de acción inteligentes como este, no es su culpa que el personaje sea un freezer asesino con remordimientos.
Resumiendo, la entretención está garantizada, pero si no han visto las otras entregas quizás se queden colgados en algunos detalles, aunque nada muy importante. Si no les gustan las películas de acción o llegar a ponerse nerviosos por el ritmo acelerado del film entonces hay un montón de opciones más quitadas de revoluciones.
Dirección: PAUL GREENGRASS
Guión: TONY GILROY, TOM STOPPARD, SCOTT BURNS Y PAUL ATTANASIO; basado en la novela de ROBERT LUDLUM
Interpretes: MATT DAMON, JULIA STILES, JOAN ALLEN, DAVID STRATHAIRN, PADDY CONSIDINE
Producción: FRANK MARSHALL, PATRICK CROWLEY Y PAUL L. SANDBERG
Montaje: CHRISTOPHER ROUSE
Fotografía: OLIVER WOOD
Música: JOHN POWELL
Duración: 111 MINUTOS
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